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  Reconeixement als millors contes filosòfics La coordinadora pedagògica del nostre institut, Margarita Viella, ha fet entrega dels diplomes acreditatius, d'un pack de productes de marxandatge i d'un exemplar del llibre  Vida después del suicidio  de Xavier Alcover, professor del centre, a 3 alumnes de l'assignatura optativa de Filosofia de 4t d'ESO: Aya Kandil, Erik Pedrero i Eugenia Shalayko.  Moltes felicitats!

A continuació podeu llegir diferents contes originals, escrits per l'alumnat de l'assignatura Optativa de Filosofia de 4t d'ESO. 

Había una vez un chico al que le gustaba mucho el fútbol. No era una persona cualquiera que le guste el fútbol, él era mucho más. Su jugador favorito era Sergio Ramos le gustaba mucho como defendía, aunque él jugara de delantero su jugador favorito era un defensa. Jugaba en el club de su barrio. El problema del chico es que era muy bueno pero la gente importante o los ojeadores no se fijaban en él porque jugaba en un club que casi nadie conocía. La gente cercana le decía que se fuera al club del barrio de al lado. El problema es que su familia era pobre y para ir a las instalaciones del club tendría que ir en autobús 20 kilómetros y eso costaba mucho dinero y su familia no se lo podía permitir. El chico estaba pensando en dejar el fútbol e ir a trabajar con su padre a las minas de carbón, para así poder ayudar a su familia. La madre del chico siempre había apoyado su decisión de jugar al fútbol, así que no sabía cómo decirselo. El chico le explicó la situación en la que estaba y su ma

  Había una vez un chico que era muy empático y generoso. Esta personalidad era buena y mala a la vez, ya que ayudaba a la gente que más lo necesitaba, pero también él muchas veces se quedaba sin dinero por ayudar a otras personas. Al ser tan buen chico, muchas veces otros lo recompensaban con regalos y buenos actos también. Un día vió a un vagabundo por la calle, rápidamente lo reconoció: le hacía bullying en el colegio. En esa etapa el chico lo pasó muy mal, así que, por primera vez en su vida, decidió ignorarlo y no darle nada. Al día siguiente lo volvió a ver en la calle, no se lo pensó dos veces y le pareció que la mejor idea era dejar todo el rencor atrás, porque, aunque le hizo pasar muy malos ratos, estaba en una situación muy desfavorecida. Se sentó junto a él y escuchó con atención su historia de vida, su historia de desdicha. Jose Díaz